Crónica de un entrenamiento apasionante

Un sábado por la mañana de invierno, después de haber tenido una semana completa de entrenamientos, con 100 kms en las piernas acumulados de Lunes a Viernes, y dos entrenamientos fuertes (Martes y Jueves), toca diana a las 6.30 a.m. Un café cortado, un vaso de agua, me pongo las zapatillas y a correr el primer trote de activación, 30 min muy suaves. Me noto pesado, mis piernas me duelen, pero sé que el trote me ayudará a soltar un poquito y a enmascarar la sobrecarga que tengo encima. Ducha, desayuno con los niños, hacemos las camas, me río con ellos, echo un vistazo a la prensa digital, y me pongo en marcha hacia el INEF de Madrid. Llego al módulo cubierto a las 10.30, al que no tengo acceso, pero me cuelo porque fuera hay una temperatura de -3º C. Me tomo mi segundo café del día en la puerta de acceso de vestuarios, ahora ya sí que estoy despierto. Ya en el módulo estiro bien, 30 minutos de estiramientos y abdominales, para estar listo a las 11.00. Ya me encuentro mejor, mis piernas me piden guerra, y mi cabeza está lista para un entrenamiento muy exigente, pero apasionante. Subida al bosque de la Casa de Campo, Nuestra Casa de Campo, con mis compañeros de fatigas. Gracias a ellos el entrenamiento se hace muy divertido, aunque duro, muy duro. Cambio de zapatillas, pantalón y camiseta corta, para empezar la faena. Hoy tocan 4x3000 m, 12 km de series a ritmo de 3´pelados/mil. Mejor no pensarlo, porque si lo piensas no terminas. Empezamos la primera serie, intento buscar buenas sensaciones, no quiero ni mirar el reloj al paso por el primer mil, sólo quiero tener buenas sensaciones. El Entrenador canta 9´04¨ al terminar la serie, ahora 2´30¨de recuperación, y sigo sin pensar en lo que me queda, sólo pienso lo espectacular que está El Bosque. Empezamos el segundo 3000, el reloj no existe, y sólo quiero correr suelto, lo más suelto posible, a tan sólo unos metros detrás del Campeón de Europa de 1.500 m, y en compañía de atletas con marcas cercanas a los 8´00¨ en 3.000 m. Soy un privilegiado, casi 30 años disfrutando de mi gran Pasión, y en compañía de atletas de élite. Termino la segunda serie, 9´02¨. Lo bueno empieza a partir de ahora, la tercera serie es la crítica, porque una vez terminada el entrenamiento está hecho, a tan sólo una serie más. Los dos 3000s que nos quedan son los más duros por el perfil del terreno, más duros que los dos primeros, pero hay que seguir disfrutando. Termina la tercera serie, 9´09¨. Cuando me quiero dar cuenta únicamente quedamos 4 atletas, de los 10 que hemos empezado. Yo sigo aquí, disfrutando al máximo del momento, porque lo más divertido está en la cuarta y última serie; hay que tener pensamientos positivos ya que de otra manera esto no hay quien lo acabe. Empezamos la cuarta serie, se forman dos grupos, en el primero va por supuesto el Campeón de Europa de 1.500 y otro atleta con un tobillo prodigioso, no corre sino vuela, porque prácticamente su pie es un muelle. Detrás de ellos, a pocos metros, vamos mi compi (8´11¨en 3.000 m.l. de m.m.p.) y yo, no me puedo quedar en solitario, no se me puede escapar, porque si no esto se convierte en un calvario. Aguanto como puedo, ya está hecho, mi vista se nubla, no veo nada, último kilómetro, de ligera subida, pero que parece una montaña. Terminamos en 9´11¨. Está hecho, nos arropamos bien, nos cambiamos las zapatillas, y bajada hacia el INEF, con una espectacular vista de Madrid desde lo alto de la Casa de Campo, trote suave, y con unas sensaciones de subidón alucinantes. Vuelvo a entrar al módulo cubierto, porque fuera todavía hace frío, estiro bien, a conciencia, para enmascarar una vez más el desgaste muscular sufrido. Termino con un total de 27 km en las piernas, con toda la tarde para disfrutar de la familia. Mañana Domingo toca suave por el Parque Juan Carlos I, algo más de 1 hora mirando a los pajaritos, aunque con las piernas como garrotes. Hoy Lunes empezamos una nueva semana, a seguir mejorando y disfrutando de nuestro deporte favorito.