Laredo, día redondo

El sábado competí en los 10 k de Laredo. Llegué a la ciudad el día anterior, esta vez quería correr bien descansado del viaje porque sabía que el esfuerzo iba a ser supremo durante la prueba. El Viernes por la noche fui invitado por Jonathan Flores, el organizador de la prueba, a cenar con un grupo de atletas. Roncero, Chema, Higuero, De la Ossa, Javi Guerra, y por supuesto con el flamante recordman español M55 en 10 k Ruta (32´20¨) Sergio Fernández Infestas. Tal y como es habitual en mí, succintos comentarios, pero observé y escuché mucho. Me llamó especialmente la atención Higuero. Durante la cena me di cuenta de que Higuero quería hacer una gran carrera, porque aunque estaba relajado, fue meticuloso con su comida. Se le veía con ganas, muchas ganas de hacerlo bien al día siguiente. Por supuesto Chema en su línea, pero como sí es habitual en él no le di demasiada importancia, más allá de pensar una vez más en la enorme profesionalidad de este atleta. Todos sabemos de la gran dureza de este deporte, y desde mi punto de vista es fundamental para triunfar la profesionalidad no solo en los entrenamientos y competiciones, sino también fuera de ellos. Al día siguiente, algo parecido ocurrió en la comida, pero esta vez con Arturo Casado. A pesar de no tener que competir unas horas después, sí tenía que entrenar. Vi a Arturo muy centrado en sus objetivos de esta temporada, y con las ideas muy claras del camino que tiene que llevar para conseguirlo. En cuanto a la carrera, ambiente espectacular en Laredo. No me gusta el fútbol, pero Laredo el sábado fue un Estadio Santiago Bernabéu en día de Champions. Fantásticos atletas, fiesta del atletismo en Ruta. Llega la hora de la salida, observo la tensión en mi gran amigo Sergio F. Infestas, también sabedor del carrerón que iba a realizar unos minutos después. Mis sensaciones tanto el trote matinal como en el calentamiento, muy buenas. Yo no quería decir a nadie mi objetivo, pero era consciente de que mis entrenamientos decían 30´30¨. Si cogía buen grupo, sabía que podría conseguirlo. También era importante reservar las fuerzas para los km del 7 al 9, críticos en todas las pruebas de 10 k. Mi gran temor era salir demasiado rápido. Y así fue, 2´55¨el primer mil. Imposible retenerme, hay que seguir la estela, iba a cola de un grupo numeroso con atletas habituados a correr en 30 min ó menos. El paso por el km 2 en 5´55¨, puff... sigue siendo un paso de 5000, aunque mis piernas iban fluidas, buen presagio. El ritmo se ralentiza un poco, yo pienso qué bien !!! Paso por el km 5 en 15´08¨, sigo a cola de un grupo todavía muy numeroso, pero en el que ya se observan caras de cansancio. A partir de aquí y hasta el km 7, van cayendo atletas, uno a uno, fruto del fuerte ritmo de los primeros dos km. Yo pienso, gracias a mis series en 2´50¨ para preparar el 3000 m PC todavía estoy vivo en esta carrera, mis piernas saben lo que es correr a ritmos elevados. Pero lo peor está por llegar, los km del 7 al 9. Aquí hay que aguantar, ya en solitario, y además con ligero viento en contra en esta parte del circuito. Paso el km 7 en 21´15¨, y el 8 en 24´25¨. Marco el km más lento, 3´10¨, pero a pesar de ello, nadie me pasa, todos los atletas pinchamos en este fatídico km. Recupero un poco el ritmo del km 8 al 9, para darlo todo en el último km. Un parcial de 9´21¨en el último 3000 m. Llego a meta con la sensación de haber plasmado todo el entrenamiento desde el mes de Septiembre. Gran satisfacción personal. Ya de vuelta para Madrid un ratito después en el coche empiezo a dar vueltas a las cosas. Y ahora qué? Gran pregunta. Pero pronto encuentro la respuesta. Difícil, muy difícil mejorar esta marca para mis condiciones de atleta y edad. Implicaría perder el norte, dejar abandonadas muchas facetas (familia, trabajo...) de mi vida. Pienso que tengo que relajarme un poco, seguir disfrutando del atletismo amateur, pero también del resto de mi vida. EQUILIBRIO. Seguiré entrenando fuerte, pero no dedicaré a entrenar más tiempo del que ya estoy dedicando.